miércoles, 3 de agosto de 2011

Un vagón de patatas

Nos dieron la noticia, un vagón de patatas venía para El Toboso. Esto ocurría en el año 37. En nuestra casa había un sótano donde podían almacenarse a buen recaudo. Y este fue el sitio elegido. El sótano quedó lleno de patatas hasta rebosar. Claro, en la puerta pusieron un candado. Mi madre, con la ayuda de Alejandro Mena, el guarnicionero, y probando llaves de un manojo, intentó abrir el candado. Había una pequeña ventana en la cueva que daba al patio. Al final, no recuerdo como, sacamos patatas. Comimos patatas, nosotros y algunos allegados. También se pagó en especie a Doña Brígida, nuestra maestra. Doña Brígida dibujaba con un palo en la tierra el mapa de España; aprendíamos así los accidentes geográficos.

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